Sin los detalles y sin un cuidado en el detalle, el interiorismo y la decoración no serian lo mismo. Podemos encontrar en el diseño de interiores dos tipos de detalles: los constructivos, que son los que dibujan los arquitectos e interioristas para resolver la funcionalidad de las cosas, por ejemplo, vigas constructivas, grandes ventanales etc; y los decorativos, que son los destinados al ornato del espacio, como es el caso de accesorios, obras de arte, objetos, plantas, algún tapete o mueble original, entre una larga lista. 

Así como es el cuidado en la construcción de los detalles funcionales lo que determina la calidad de los acabados del espacio interior, son los detalles finales en la decoración los que marcan o definen un estilo y el complemento adecuado en el buen gusto de la ambientación. Descubrir los puntos específicos o rincones privilegiados para colocar estos elementos es un reto placentero para cualquier interiorista, y en su selección y acomodo se ven también reflejados la personalidad, los gustos y las preferencias de los habitantes del espacio y la capacidad de invención y creatividad del interiorista.